jueves, 30 de junio de 2011

Evangelio del día 30 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 9,1-8. Jueves de la XIII Semana del Tiempo Ordinario

Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad.
Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados".
Algunos escribas pensaron: "Este hombre blasfema".
Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal?
¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate y camina'?
Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El se levantó y se fue a su casa.
Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.

Comentario:

"Levántate y anda" (cf Mt 9,6)- San Agustín


«Si el Espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Jesús de entre los muertos hará revivir vuestros cuerpos mortales...» (Rm 8,11) Ahora es un cuerpo humano, natural; luego será un cuerpo espiritual. «Adán, el primer hombre, fue creado como un ser con vida. El nuevo Adán, en cambio, es espíritu que da vida.» (1Cor 15,45)Por esto «hará revivir vuestros cuerpos mortales por medio de ese Espíritu suyo que habita en vosotros.» (Rm 8,11)

¡Oh que aleluya tan glorioso cantaremos entonces, qué seguridad! Ya no más adversarios, ya no más enemigos, ya no perderemos a ningún amigo. Aquí abajo cantamos las alabanzas de Dios en medio de nuestras preocupaciones. En el cielo las cantaremos con total paz y tranquilidad. Aquí las cantamos destinados a morir; en el cielo en una vida sin fin. Aquí, en la esperanza, allá en la realidad. Aquí, somos viajeros, allá estaremos en nuestra patria. Cantemos pues, ya desde ahora, hermanos, no para saborear ya el reposo, sino para aligerar nuestras penas. Cantemos como lo hacen los viajeros. Canta, pero no dejes de caminar; canta para animarte en medio de las fatigas... ¡Canta y camina!

¿Qué quiere decir, camina? Ve adelante, haz progresos en el bien obrar...Camina hacia el bien, avanza en la fe y en la pureza de las costumbres. ¡Canta y camina! ¡No te desvíes, no te eches atrás, no te quedes parado! ¡Volvámonos hacia el Señor!

San Agustín (354-430) obispo de Hipona, doctor de la Iglesia Sermón 256, para la fiesta de Pascua

San Adolfo de Osnabrück - 30 de Junio


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Santos Protomártires Romanos - 30 de junio


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miércoles, 29 de junio de 2011

Evangelio del día 29 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 16,13-19. San Pedro y San Pablo, apóstoles - Solemnidad

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".


Comentario:

"Yo soy el menor de los apóstoles; no es mérito mío, llevar este nombre" (1Co 15,19)- San Bernardo

Es con razón, hermanos, que la Iglesia aplica a los apóstoles San Pedro y San Pablo estas palabras del sabio: "Son hombres de misericordia, cuyos beneficios no caen en el olvido; los bienes que dejaron a la posteridad siguen existiendo» (Sb 44,1-11). Sí, bien podemos llamarlos hombres de misericordia: porque han obtenido misericordia para ellos mismos, porque están llenos de misericordia, y porque es en su misericordia que Dios nos los ha dado.
Ved, en efecto, qué misericordia han obtenido. Si interrogáis a san Pablo sobre este punto..., él os dirá de sí mismo: "Yo empecé siendo un blasfemo, un perseguidor; pero he obtenido misericordia de Dios" (1Tm 1,13). En efecto, ¿quién no conoce todo el mal que hizo a los cristianos de Jerusalén...e incluso en toda Judea?... En lo que toca a san Pedro, tengo otra cosa que deciros, pero una cosa tan sublime, que es única. En efecto, si Pablo ha pecado, lo ha hecho sin saberlo, ya que no tenía la fe; Pedro, por el contrario, tenía los ojos bien abiertos en el momento de su caída (Mt 26, 69s). "Pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rm 5,20)... Si san Pedro ha podido ascender a un grado tal de santidad después de haber sufrido una caída tan fuerte ¿quién podrá ahora desesperarse, por poco que quiera salir también de sus pecados? Observad lo que dice el Evangelio: «Salió y lloró amargamente» (v. 75)...
Habéis visto qué misericordia obtuvieron los apóstoles, y ahora ¿quién no será absuelto de sus faltas pasadas como lo fueron antes? ... Si has pecado, ¿Pablo no ha pecado antes? Si has tenido una caída, Pedro ¿no hizo una más profunda que tú? Sin embargo, uno y otro, haciendo penitencia, no sólo obtuvieron la salvación sino que han llegado a ser grandes santos, e incluso se han convertido en los ministros de la salvación, los maestros de la santidad. Haz tú del mismo modo, hermano, ya que es por ti que la escritura los llama "los hombres de misericordia».


San Bernardo (1091-1153), monje Cisterciense y doctor de la Iglesia
3 Sermón para la Fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo

San Pedro, Apóstol, Papa, martir - San pablo, Apóstol, mártir - 29 de junio


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martes, 28 de junio de 2011

El Vaticano tendrá hoy su portal de noticias en Internet


El Vaticano anunció que a partir del próximo miércoles pondrá online un portal de noticias, con el objetivo de reunir en un sólo lugar la información que actualmente se maneja en medios impresos, radio, televisión e Internet. El sitio Web se llamará www.news.va y el Papa Benedicto XVI está siguiendo su desarrollo.

Se trata de un espacio multimedia con noticias sobre las actividades e intervenciones de Joseph Ratzinger, las posturas de las diferentes seccionales, así como los acontecimientos más importantes de la Iglesia católica en el mundo.

Además, permitirá a los visitantes acceder de manera inmediata a las principales noticias, sean impresas o que pertenezcan a la Radio Vaticana o al Centro Televisivo Vaticano.

Monseñor Claudio María Celli, jefe de la oficina del Vaticano, explicó que este proyecto les permitirá ingresar al ciberespacio y que podría ser el propio Papa Benedicto XVI quien lo ponga en línea. "Este es el paso más reciente para llevar su mensaje evangelizador a una mayor audiencia que sabe manejarse en Internet", dijo el párroco.

Antes de este desarrollo, la Santa Sede hizo incursiones en Facebook, Twitter y YouTube. Y se espera que de esta manera se resuelvan algunos de los problemas de comunicación que Ratzinger tuvo durante la mayor parte de sus seis años de pontificado.

En cuanto al lanzamiento Celli detalló que: "Esto es un gesto de modernidad, por lo tanto no pensamos en usar una computadora, sino una tablet. Se tratará de una ceremonia privada, en torno al rezo de las vísperas en la tarde de hoy (28 de junio) y esperamos sólo el horario exacto".

Evangelio del día 28 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 8,23-27. Martes de la XIII Semana del Tiempo Ordinario

Después Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".

Comentario:

¿Quién es este, al que el viento y el mar le obedecen? - Carta a Diogneto



Porque no fue una invención terrenal, como dije, lo que les fue encomendado, ni se preocupan de guardar tan cuidadosamente ningún sistema de opinión mortal, ni se les ha confiado la dispensación de misterios humanos. Sino que, verdaderamente, el Creador Todopoderoso del universo, el Dios invisible mismo de los cielos plantó entre los hombres la verdad y la santa enseñanza que sobrepasa la imaginación de los hombres, y la fijó firmemente en sus corazones.
No como alguien podría pensar, enviando, a la humanidad, a un subalterno, o a un ángel, o un gobernante, o uno de los que dirigen los asuntos de la tierra, o uno de aquellos a los que están confiadas las dispensaciones del cielo, sino al mismo Artífice y creador del universo, por quien Él hizo los cielos, y por quien Él retuvo el mar en sus propios límites, cuyos misterios, ordenanzas, observan todos los elementos fielmente, de quien, el sol, ha recibido incluso la medida de su curso diario para guardarlo, a quien la luna obedece cuando Él le manda que brille de noche, a quien las estrellas obedecen siguiendo el curso de la luna, por el cual fueron ordenadas todas las cosas y establecidos y puestos en sujeción, los cielos y las cosas que hay en los cielos, la tierra y las cosas que hay en la tierra, el mar y las cosas que hay en el mar, fuego, aire, abismo, las cosas que hay en las alturas, las cosas que hay en lo profundo, las cosas que hay entre los dos. A éste les envió Dios.
¿Creerás, como supondrá todo hombre, que fue enviado para establecer su soberanía, para inspirar temor y terror? En modo alguno. Sino en mansedumbre y humildad fue enviado. Como un rey podría enviar a su hijo que es rey; Él le envió como enviando a Dios; le envió a Él como, un hombre, a los hombres; le envió como Salvador, usando persuasión, no fuerza; porque la violencia no es atributo de Dios. Él le envió como invitándonos, no persiguiéndonos; Él le envió como amándonos, no juzgándonos. Porque Él enviará en juicio, y ¿quién podrá resistir su presencia?... ¿No ves, que los echan a las fieras para que nieguen al Señor, y, con todo, no lo consiguen? ¿No ves que cuanto más los castigan, tanto más abundan? Estas no son las obras del hombre; son el poder de Dios; son pruebas de su presencia.


Carta a Diogneto (v. 200)
§7 ; PG 2, 1174-1175

San Ireneo, Obispo y Mártir - 28 de junio

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San Pablo I, Papa - 28 de junio


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lunes, 27 de junio de 2011

SS Benedicto XVI: “Sin la Eucaristía, la Iglesia no existiría”


“Sin la Eucaristía, la Iglesia no existiría, expresó este domingo el papa Benedicto XVI al introducir la oración del Ángelus con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para rezar con él. El Papa recordó que, aunque el Vaticano celebró el Corpus Christi el pasado jueves, manteniendo la tradición secular, esta fiesta se estaba celebrabando en muchos países ese domingo.

Por ello, quiso volver sobre el significado de esta “fiesta de la Eucaristía, la cual constituye el tesoro más precioso de la Iglesia”.

“La Eucaristía es como el corazón latiente que da vida a todo el cuerpo místico de la Iglesia: un organismo social basado totalmente en el vínculo espiritual pero concreto con Cristo”, afirmó, insistiendo en que “sin la Eucaristía, la Iglesia sencillamente no existiría”.

“La Eucaristía es, de hecho, la que hace de una comunidad humana un misterio de comunión, capaz de llevar a Dios al mundo y el mundo a Dios”.

“El Espíritu Santo, que transforma el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, transforma también a cuantos lo reciben con fe en miembros del cuerpo de Cristo, para que la Iglesia sea realmente sacramento de unidad de los hombres con Dios y entre ellos”, añadió.

El Papa afirmó que “en una cultura cada vez más individualista, como lo es aquella en la que estamos inmersos en las sociedades occidentales, y que tiende a difundirse en todo el mundo, la Eucaristía constituye una especie de antídoto".

“El vacío producido por la falsa libertad puede ser muy peligroso, y ante eso, la comunión con el Cuerpo de Cristo es fármaco de la inteligencia y de la voluntad, para volver a encontrar el gusto de la verdad y del bien común”.

La Eucaristía “actúa en las mentes y en los corazones de los creyentes y siembra continuamente en ellos la lógica de la comunión, del servicio, del compartir, en resumen, la lógica del Evangelio”.

El Papa se une a la alegría de los nuevos beatos
A continuación el Santo Padre dijo en italiano que "hoy tengo el gozo de anunciar la proclamación de algunos nuevos Beatos. El sábado, en Hamburgo, donde murieron asesinados por los nazis en 1943, fueron beatificados Johannes Prassek, Eduard Müller y Hermann Lange".

Asimismo Benedicto XVI señaló que ese domingo, en Milán, fueron beatificados el sacerdote Serafino Morazzone, "párroco ejemplar en el Lecchese entre el siglo XVIII y el XIX; el Padre Clemente Vismara, heroico misionero del PIME en Birmania, y de Enrichetta Alfieri, Religiosa de la Caridad, llamada ‘ángel’ de la cárcel milanesa de San Vittore. ¡Alabamos al Señor por estos luminosos testigos del Evangelio!"+

Evangelio del día 27 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 8,18-22. Lunes de la XIII Semana del Tiempo Ordinario

Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla.
Entonces se aproximó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos".

Comentario:

"El Hijo del hombre no tiene donde reposar su cabeza" - San Alfonso María de Ligorio

Dios es Él mismo su riqueza, porque Él es el bien infinito... Este Dios siendo rico se hizo pobre haciéndose hombre, con el fin de enriquecernos a nosotros, miserables pecadores. Esto es lo que dice expresamente el apóstol Pablo: "Jesús se hizo pobre, siendo rico, con el fin de enriquecernos con su pobreza» (2 Co 8,9) ¿Cómo? ¡Un Dios... llega al extremo de hacerse pobre! ¿Con qué intención? Difícil de comprender.
Los bienes de la tierra no pueden ser más que tierra y fango; pero este fango ciega totalmente a los hombres para que no vean los bienes verdaderos. Antes de la venida de Jesucristo, el mundo estaba totalmente en tinieblas, porque estaban llenos de pecados: "Toda carne ha pervertido su conducta" (Gn 6,12). Es decir: todos los hombres habían oscurecido en ellos la Ley natural grabada en su interior por Dios; vivían como bestias, únicamente preocupados en buscar placeres y bienes de aquí abajo, ignorando totalmente la existencia de bienes eternales. Es por efecto de la divina misericordia que el Hijo de Dios vino Él mismo a disipar estas profundas tinieblas: "Sobre aquellos que habitaban en tinieblas y sombras de muerte, la luz ha resplandecido"(Is 9,1).
Más este divino Maestro, ha tenido que instruirnos, no solo por la palabra, sino mucho más y sobre todo, por los ejemplos de su vida. "La pobreza, dijo San Bernardo, es ausencia de cielo; sólo se puede encontrar en la tierra. Maldito el hombre que no conocía el premio, y, por lo tanto, no lo había buscado. Para volverse precioso a nuestros ojos y digno de todos nuestros deseos, ¿qué hizo el Hijo de Dios? Descendió del cielo a la tierra y la ha escogido por compañera para toda su vida."

San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo y doctor de la Iglesia
8º Discurso para la novena de Navidad

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro - 27 de junio

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domingo, 26 de junio de 2011

Fiesta de Corpus Christi En Itatí


Se realizó en horas de la mañana la solemne procesión en el día de Corpus Christi con la participación de delegaciones escolares, asociaciones parroquiales, promeseros y peregrinos de la Virgen. En la basílica de Itatí la fiesta de Corpus Christi se celebró con toda solemnidad, la procesión con el Santísimo Sacramento se realizó alrededor de la plaza, presidida por el rector del Santuario, padre Hugo Camino, con la participación del vice intendente de Itatí, Raúl Marín, quien portó el guión procesional por la ausencia del intendente, autoridades de la Prefectura Naval Argentina y la Policía de Corrientes.

Además estuvieron presente delegaciones de los establecimientos escolares, Departamento de Aplicación, Escuela Nº 676, Escuela Parroquial, Escuela Profesional y el Instituto Especial Don Orione. También asistieron las asociaciones parroquiales, el Apostolado de la Oración, la Legión de María, la Cofradía Virgen de los Dolores, el grupo Jesús Misericordioso y numerosos peregrinos y promeseros que como cada domingo llegan a Itatí para visitar a la Virgen Patrona de Corrientes.

La Fiesta de Corpus
Festeja la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), conmemorando la institución de la Eucaristía que Jesús realizó en la Ultima Cena y que constituye el centro de la liturgia y del culto de la Iglesia católica.

El Jueves Santo, que fue su día propio, es una fiesta incompleta debido a la misma naturaleza de la Semana Santa en la que prevalece el recuerdo de la Pasión y Muerte del Señor.

En esta fiesta del Corpus Christi, en cambio, la Iglesia la celebra con solemnidad y pompa. A la misa se agrega una procesión pública con el Santísimo Sacramento, presidida por los obispos en las catedrales y por las máximas autoridades eclesiásticas en cada lugar.

Evangelio del día 26 de junio de 2011


Evangelio según San Juan 6,51-58. El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi) - Solemnidad


Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".
Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".

Comentario:


"De la misma manera que el Padre, que vive, me ha enviado y que yo vivo por Él, de la misma manera aquellos que me coman, vivirán por Mi." - SS Benedicto XVI


El Señor Jesús, que por nosotros se ha hecho alimento de verdad y de amor, hablando del don de su vida nos asegura que «quien coma de este pan vivirá para siempre» (Jn 6,51). Pero esta «vida eterna» se inicia en nosotros ya en este tiempo por el cambio que el don eucarístico realiza en nosotros: «El que me come vivirá por mí» (Jn 6,57). Estas palabras de Jesús nos permiten comprender cómo el misterio «creído» y «celebrado» contiene en sí un dinamismo que lo convierte en principio de vida nueva en nosotros y forma de la existencia cristiana.
En efecto, comulgando el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo se nos hace partícipes de la vida divina de un modo cada vez más adulto y consciente. Análogamente a lo que san Agustín dice en las Confesiones sobre el Logos eterno, alimento del alma, poniendo de relieve su carácter paradójico, el santo Doctor imagina que se le dice: «Soy el manjar de los grandes: crece, y me comerás, sin que por eso me transforme en ti, como el alimento de tu carne; sino que tú te transformarás en mí». En efecto, no es el alimento eucarístico el que se transforma en nosotros, sino que somos nosotros los que gracias a él acabamos por ser cambiados misteriosamente. Cristo nos alimenta uniéndonos a él; «nos atrae hacia sí».
La Celebración eucarística aparece aquí con toda su fuerza como fuente y culmen de la existencia eclesial, ya que expresa, al mismo tiempo, tanto el inicio como el cumplimiento del nuevo y definitivo culto, la logiké latreía. A este respecto, las palabras de san Pablo a los Romanos son la formulación más sintética de cómo la Eucaristía transforma toda nuestra vida en culto espiritual agradable a Dios: «Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable» (Rm 12,1).

SS Benedicto XVI. Exhortación Apostólica «Sacramentum Caritatis» §70 (trad. DC 2377, p. 331 © Libreria Editrice Vaticana)

San Josemaría Escrivá de Balaguer - 26 de junio

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sábado, 25 de junio de 2011

Evangelio del día 25 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 8,5-17. Sábado de la XII Semana del Tiempo Ordinario

Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole":
"Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente".
Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.
Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos;
en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar de dientes".
Y Jesús dijo al centurión: "Ve, y que suceda como has creído". Y el sirviente se curó en ese mismo momento.
Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de este en cama con fiebre.
Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo.
Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su palabra, expulsó a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos,
para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: El tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades.



San Guillermo de Vercelli - 25 de Junio

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viernes, 24 de junio de 2011

Evangelio del día 24 de junio de 2011


Evangelio según San Lucas 1,57-66.80. La Natividad de San Juan Bautista

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.

Comentario:

"Es necesario que Él crezca y yo disminuya" (Jn 3,30)- San Agustín


El mayor de los hombres fue enviado para dar testimonio al que era más que un hombre. En efecto, cuando aquel que es "el mayor de entre los hijos de mujer» (Mt 11,11) dijo: "Yo no soy Cristo" (Jn 1,20) y se humilla ante Cristo, debemos entender que hay en Cristo más que un hombre... «de su plenitud todos hemos recibido" (Jn 1,16). ¿Qué es decir, "todos nosotros"? Es decir que los patriarcas, los profetas y los santos apóstoles, los que precedieron a la Encarnación o que han sido enviados después por el Verbo encarnado, «todos hemos recibido de su plenitud». Nosotros somos vasos, Él es la fuente. Por lo tanto..., Juan es un hombre, Cristo es Dios: es necesario que el hombre se humille, para que Dios sea exaltado.

Para que el hombre aprenda a humillarse, Juan nació el día a partir del cual los días comienzan a disminuir; para mostrarnos que Dios debe ser exaltado, Jesucristo nació el día en que los días comienzan a crecer. Aquí hay una enseñanza profundamente misteriosa. Celebramos la natividad de Juan como la de Cristo, porque esta natividad está llena de misterio. ¿De qué misterio? Del misterio de nuestra grandeza. Disminuyamos nosotros mismos, para crecer en Dios; humillémonos en nuestra bajeza, para ser exaltados en su grandeza.


San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia Sermón 289, 3º para la Natividad de san Juan Bautista

San Juan Bautista - 24 de junio

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jueves, 23 de junio de 2011

Evangelio del día 23 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 7,21-29. Jueves de la XII Semana del Tiempo Ordinario


No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?'.
Entonces yo les manifestaré: 'Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal'.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza,
porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.

Comentario:


Escuchar en el interior del castillo construido sobre roca - Santa Teresa de Ávila

Paréceme que nunca lo he dado a entender como ahora, porque para buscar a Dios en lo interior (que se halla mejor y más a nuestro provecho que en las criaturas, como dice San Agustín que le halló, después de haberle buscado en muchas partes), es gran ayuda cuando Dios hace esta merced. Y no penséis que es por el entendimiento adquirido procurando pensar dentro de sí a Dios, ni por la imaginación, imaginándole en sí. Bueno es esto y excelente manera de meditación, porque se funda sobre verdad, que lo es estar Dios dentro de nosotros mismos; mas no es esto, que esto cada uno lo puede hacer (con el favor del Señor, se entiende, todo). Mas lo que digo es en diferente manera, y que algunas veces, antes que se comience a pensar en Dios, ya esta gente está en el castillo, que no sé por dónde ni cómo oyó el silbo de su pastor. Que no fue por los oídos, que no se oye nada, mas siéntese notablemente un encogimiento suave a lo interior, como verá quien pasa por ello, que yo no lo sé aclarar mejor.
Mas éstos, ellos se entran cuando quieren; acá no está en nuestro querer sino cuando Dios nos quiere hacer esta merced. Tengo para mí que cuando Su Majestad la hace, es a personas que van ya dando de mano a las cosas del mundo. No digo que sea por obra los que tienen estado que no pueden, sino por el deseo, pues los llama particularmente para que estén atentos a las interiores; y así creo que, si queremos dar lugar a Su Majestad, que no dará sólo esto a quien comienza a llamar para más.
Alábele mucho quien esto entendiere en sí, porque es muy mucha razón que conozca la merced, y el hacimiento de gracias por ella hará que se disponga para otras mayores. Y es disposición para poder escuchar, como se aconseja en algunos libros, que procuren no discurrir, sino estarse atentos a ver qué obra el Señor en el alma; que si Su Majestad no ha comenzado a embebernos, no puedo acabar de entender cómo se pueda detener el pensamiento de manera que no haga más daño que provecho, aunque ha sido contienda bien platicada entre algunas personas espirituales, y de mí confieso mi poca humildad que nunca me han dado razón para que yo me rinda a lo que dicen.
Lo que habemos de hacer es pedir como pobres necesitados delante de un grande y rico emperador, y luego bajar los ojos y esperar con humildad. Cuando por sus secretos caminos parece que entendemos que nos oye, entonces es bien callar, pues nos ha dejado estar cerca de Él.

Santa Teresa de Ávila (1515-1582), Carmelita Descalza, doctora de la Iglesia Las Moradas, 4ª morada, cap. 3

Santa Agripina de Roma, virgen y mártir - 23 de junio

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Monseñor Miguel de los Santos Andrea - 23 de junio 1960 - 2011 - In Memoriam

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miércoles, 22 de junio de 2011

Evangelio del día 22 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 7,15-20. Miércoles de la XII Semana del Tiempo Ordinario


Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos.
Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos.
Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego.
Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.

Comentario:


"Trasladar el fruto" - San Vicente de Paul



Amemos a Dios, hermanos míos, amemos a Dios, pero que lo sea a costa de nuestros brazos, que lo sea con el sudor de nuestros rostros. Pues muy a menudo tantos actos de amor de Dios, de complacencia, de benevolencia y otras acepciones parecidas y prácticas interiores de un corazón tierno, bien que muy buenas y deseables, son sin embargo muy sospechosas cuando no contemplan en absoluto la práctica del amor efectivo. «En esto dice nuestro Señor, mi Padre es glorificado que aportéis mucho fruto» (Jn 15,8).

Y es a esto a lo que debemos prestar atención; pues hay varios que, por tener el exterior bien formado y el interior lleno de grandes sentimientos de Dios, se paran en ello; y cuando reparan en el hecho y se encuentran en la ocasión de actuar, viven corto. Se jactan de su imaginación calenturienta; se contentan de lo dulces encuentros que tienen con Dios en la oración; hablan con él incluso como ángeles; pero, al salir de ahí es cuestión de trabajar para Dios, de sufrir, de mortificarse, de instruir a los pobres, de ir a buscar la oveja perdida, de amar a quien le falta algo, aceptar las enfermedades o alguna otra desgracia, ¡por desgracia! ya no queda nadie, les falta el valor. No, no, no nos confundamos: toda nuestra tarea consiste en pasar a la acción.

San Vicente de Paul (1581-1560) Presbítero. Fundador de comunidades religiosas Ejercicios espirituales a los Misioneros, ed. 1960, p. 905-907

Santo Tomás Moro, mártir - 22 de junio


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martes, 21 de junio de 2011

¿Quién combate tanto como tú, Santa María, a favor de los pecadores? - San Germán de Constantinopla


"¿Quién combate tanto como tú, Santa María, a favor de los pecadores? Tú, que gozas de una autoridad maternal en relación con Dios, obtienes la gracia de un generoso perdón, incluso para quienes han pecado muy gravemente. No es posible, en efecto, que tú no seas escuchada, puesto que Dios, en todo y por todo, te obedece, como a su verdadera e inmaculada Madre. Por todo ello, el afligido confiadamente se refugia junto a ti, débil se apoya en ti y el que es combatido prevalece, por medio de ti, contra sus enemigos. Tú transformas «la cólera», el enojo, la tribulación, la expedición de ángeles malos (Sal 78); tú apartas las justas amenazas y cambias la sentencia de una merecida condena, porque tienes gran amor al pueblo que lleva el nombre de tu Hijo. Por eso, a su vez, el pueblo cristiano, que es posesión tuya, valorando su propia condición, confiadamente te encomienda sus plegarias, a fin de que tú las presentes a Dios.

¿Quién por tanto, no te proclamará bienaventurada? Tú eres el objeto de la contemplación de los ángeles; tú la dicha más extraordinaria de los hombres, tú el amparo del pueblo cristiano; tú el refugio al que acuden sin cesar los pecadores; tú, la invocada constantemente por los cristianos."

El mismo santo de glorioso recuerdo por su lucha contra los iconoclastas de esa época (hoy lamentablemente renacidos), declara en otra oportunidad:

"Único alivio mío, divino solio, refrigerio de mi sequedad, lluvia que desciende de Dios sobre mi árido corazón, lámpara resplandeciente en la oscuridad de mi alma, guía de mi camino, sostén de mi debilidad, vestido de mi desnudez, riqueza de mi extrema miseria, remedio de mis incurables heridas, término de mis lágrimas y de mis gemidos, liberación de toda desgracia, alivio de mis dolores, liberación de mi esclavitud, esperanza de mi salvación...

Que así sea, Señora mía. Que así sea, refugio mío, vida mía, ayuda mía, mi protección y mi gloria, esperanza mía y mi fortaleza. Concédeme disfrutar de los inenarrables e incomprensibles bienes de tu Hijo..."

Evangelio del día 21 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 7,6.12-14. Martes de la XII Semana del Tiempo Ordinario

No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí.
Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.


Comentario:

Se ha estrechado, el camino que conduce a la vida - Orígenes


Veamos ahora qué se dice a continuación a Moisés, qué camino se le manda elegir... Quizá tú pensarás que el camino que Dios muestra es un camino llano y fácil, sin ninguna dificultad ni esfuerzo: no, es una subida, y una subida tortuosa. No es un camino descendente el que conduce a las virtudes, se trata de una ascensión, una angosta y difícil ascensión. Escucha al Señor cuando dice en el Evangelio: «El camino que conduce a la vida es estrecho y angosto." Observa, pues, qué consonancia hay entre el Evangelio y la Ley... ¿Acaso no es verdad que hasta los ciegos pueden ver claramente que la Ley y el Evangelio han sido escritos por uno y el mismo Espíritu?.
El camino por el que marchan es, por tanto, una subida tortuosa...; Muestra que tanto en las obras como en la fe hay mucha dificultad y mucho esfuerzo. En efecto, a los que quieren obrar según Dios se les oponen muchas tentaciones, muchos estorbos. Así, te encontrarás en la fe con muchas cosas tortuosas, muchas preguntas, muchas objeciones de los herejes... Escucha lo que dice el Faraón al ver estas cosas: "Estos se equivocan." Para el Faraón, el que sigue a Dios se equivoca, porque, como ya hemos dicho, el camino de la sabiduría es tortuoso, tiene muchas curvas, muchas dificultades y muchas angosturas. De este modo, cuando confiesas que hay un solo Dios, y en la misma confesión afirmas que el Padre, el Hijo y el Espíritu son un solo Dios, ¡Cuán tortuoso, cuán inextricable parece esto a los infieles! Aún más, cuando dices que «el Señor de la majestad» fue crucificado (1 Co 2,8) y que el Hijo del hombre es «el que ha bajado del cielo» (Jn 3,13) ¡Cuán tortuosas y difíciles parecen estas cosas! El que las oye, si nos las oye con fe, dice que éstos se equivocan; pero tú mantente firme y no dudes de esta fe, sabiendo que Dios te muestra el camino de esta fe.

Orígenes (v. 185-253), sacerdote y teólogo. Homilías sobre el Éxodo, n°5, 3 (trad. Biblioteca de Patrística. Ed. Ciudad Nueva, tomo 17)

San Lorenzo de Brindisi - 21 de junio


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lunes, 20 de junio de 2011

"No se puede imaginar que esa plenitud de gracia fuese pasajera en la Santísima Virgen" - San Atanasio


"El Espíritu Santo descendió al seno de la Virgen acompañado de todas las virtudes inseparables de su divina esencia, y convenientes a su soberanía; la llenó de todos sus bienes para hacerla agradable en todo. En verdad, por ello mereció llamarse «llena de gracia», porque fue llena con todas las gracias por el Espíritu; y porque la cubrió la sombra y la virtud del Espíritu. Ahora, pues, no se puede dudar que conservó inviolablemente esa virtud desde su concepción hasta su muerte, pues no se puede imaginar que esa plenitud de gracia fuese pasajera en la Santísima Virgen.

El Espíritu Santo descendió sobre la Virgen y la santificó como enseña el Espíritu de los Salmos: El Altísimo santificó su tabernáculo (Sal 46), y la virtud del Altísimo la cubrió con su sombra con su asentimiento y la cubre y la rodea todavía, y siempre la coronará, de suerte que la presencia continua del Espíritu Santo la hará eternamente llena de gracia."

Nuestro deber de defender la honra de la Iglesia principia en la de María.

Visto todo cuanto nos enseñan los Santos Padres, quienes vivieron en cercanía de tiempo y lugar los los parajes que recorrieron los Divinos Pies para salvación de los hombres, no es posible dudar de la catolicidad y perfección de la devoción mariana.

En días que se agrede y cuestiona todo cuanto tiene de bueno y laudable la Iglesia, el obligatorio para todo cristiano salir en defensa de la honra de su Santa Madre Iglesia y de María Santísima, Madre de Dios y de todos los hombres.

No importa cuanto rujan las fuerzas del mal, ni de qué argucias, sofismas y trampas se valgan para arrebatarnos el tesoro de la Iglesia y a la Gloria Universal.

"Por nosotros, tomada carne de la Vírgen María, Madre de Dios, hízose hombre".

Evangelio del día 20 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 7,1-5. Lunes de la XII Semana del Tiempo Ordinario

No juzguen, para no ser juzgados.
Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes.
¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo?
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.


Comentario:

No juzguéis y no seréis juzgados - Beata Teresa de Calcuta



El amor deja de ser amor si no es compartido. Se tiene que traducir en la acción. Tenéis que amar sin esperar nada a cambio, actuar sólo por amor y no por las ventajas que reporta. Si esperáis algo a cambio no amáis de verdad, porque el amor auténtico ama sin condición ni segundas intenciones.

Si surge una nueva necesidad, Dios os guiará como ha guiado a aquellos de entre nosotros que cuidan de los enfermos de SIDA. No juzgamos a estos enfermos, los cuidamos sin preguntar qué es lo que les pasó ni cómo han contraído la enfermedad. Creo que Dios nos transmite un mensaje insistente a propósito del SIDA: quiere que no veamos en ello nada más que la ocasión de manifestar nuestro amor. Los enfermos del SIDA quizá despierten un amor de ternura entre muchos de aquellos que habían eliminado la ternura de sus vidas.

Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad

San Juan Fisher, Cardenal y mártir - 20 de junio


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domingo, 19 de junio de 2011

Sermón para el domingo de la Santísima Trinidad


Contemplados los Misterios de la Encarnación, de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, de su Gloriosa Ascensión a los Cielos y del envío del Espíritu Santo, la Santa Liturgia nos invita hoy a considerar y meditar el Misterio de la Santísima Trinidad.

La Iglesia honra a la Santísima Trinidad todos los días del año, y principalmente los Domingos; pero le hace una Fiesta particular el Primer Domingo después de Pentecostés para darnos a entender que el fin de los Misterios de Jesucristo y de la venida del Espíritu Santo ha sido llevarnos al conocimiento de la Santísima Trinidad y a su adoración en espíritu y verdad.

Este misterio es el más grande de todos los misterios, pues de todos es principio y fin.

Los doctores sagrados lo llaman sustancia del Nuevo Testamento…

Para conocerlo y contemplarlo han sido creados en el Cielo los Ángeles y en la tierra los hombres…

Para revelar y enseñar con más claridad lo prefigurado en el Antiguo Testamento, Dios mismo descendió de los Ángeles a los hombres: Nadie vio jamás a Dios; el Hijo unigénito que está en el seno del Padre, Él nos lo ha revelado…

Así pues, quien escriba o hable sobre la Trinidad siempre deberá tener ante la vista lo que prudentemente amonesta Santo Tomás: “Cuando se habla de la Trinidad, conviene hacerlo con prudencia y humildad, pues —como dice Agustín— en ninguna otra materia intelectual es mayor o el trabajo o el peligro de equivocarse, o el fruto una vez logrado.”

El peligro procede de confundir entre sí, en la fe o en la piedad, a las divinas Personas, o de multiplicar su única Naturaleza, al distinguir las Personas; pues la fe católica nos enseña a venerar un solo Dios en la Trinidad y la Trinidad en un solo Dios.

La verdad contenida en el Misterio de la Santísima Trinidad es, pues, la de Dios uno en tres Personas realmente distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Entrando en la consideración de este Misterio, decimos, en primer lugar, que la fe cristiana cree y confiesa un solo Dios: único en naturaleza, en sustancia y en esencia.

Y, elevándose todavía más, la fe de tal manera entiende esta Unidad, que venera la Unidad en la Trinidad y la Trinidad en la Unidad.

Porque tres son las Personas en Dios: el Padre, que es ingénito; el Hijo, que es engendrado por el Padre desde toda la eternidad, y el Espíritu Santo, que eternamente procede del Padre y del Hijo.

En una única esencia divina, es el Padre la Primera Persona; el cual, con su Unigénito Hijo y con el Espíritu Santo, es un solo Dios y un solo Señor; no en la singularidad de una única Persona, sino en la Trinidad de una sola Sustancia.

Las Tres divinas Personas se distinguen entre sí únicamente por sus propiedades.

Sería absurdo y herético suponer cualquier diferencia o desigualdad entre ellas.

Es propio del Padre el ser ingénito; del Hijo, el ser engendrado por el Padre; y del Espíritu Santo, el proceder del Padre y del Hijo.

De esta manera reconocemos tal identidad de esencia y sustancia en las Tres Personas divinas, que, al confesar al verdadero y eterno Dios, creemos debe ser adorada piadosa y santamente:

1) la propiedad en las Personas,

2) la unidad en la Esencia,

3) y la igualdad en la Trinidad.

Tratándose, por lo demás, del más difícil y sublime misterio de la Revelación, bástenos retener con religiosa exactitud los vocablos de Esencia y Persona, con los que está formulado el misterio, y creer que la unidad está en la Esencia, y la distinción en las Personas.

No puede pensarse ni siquiera imaginarse disparidad o diferencia alguna en las divinas Personas, siendo única e idéntica la esencia, voluntad y poder de las Tres.

Sin embargo, con gran propiedad, la Iglesia acostumbra atribuir al Padre las obras del poder; al Hijo, las de la sabiduría; al Espíritu Santo, las del amor.

No porque todas las perfecciones y todas las obras ad extra no sean comunes a las tres divinas Personas, pues indivisibles son las obras de la Trinidad, como indivisa es su esencia, porque así como las tres Personas divinas son inseparables, así obran inseparablemente; sino que, por una cierta relación y como afinidad que existe entre las obras externas y el carácter propio de cada Persona, se atribuyen a una más bien que a las otras, o —como dicen los teólogos— se apropian.

Después de haber considerado brevemente lo que nos enseña la teología, sigamos ahora a los autores espirituales y examinemos lo que exige este misterio a las tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad.

En primer lugar, creyendo en el misterio de la Santísima Trinidad, rendimos el más esplendido homenaje a la veracidad de Dios.

En efecto, cuando Dios se nos muestra como Creador y gobernando estos mundos innumerables, dirigiendo el sol y los cielos en su camino, no honramos sino medianamente, por la fe estas hermosas verdades, porque en esto nuestra razón y su palabra se encuentran unidas, y ello no nos cuesta sacrificio alguno.

En cambio, cuando nos revela y enseña el misterio de la Trinidad, Tres Personas distintas en una sola Naturaleza…, una Esencia indivisible en Tres Personas, las Tres eternas, todopoderosas, inmensas, infinitas y, sin embargo, un solo eterno, todopoderoso, inmenso, infinito…; Tres Personas, en fin, que no son una sola persona, sino un solo Dios, entonces damos a la palabra divina, aceptando lo que nos dice, el homenaje más espléndido que puede dársele.

Aquí, nuestra razón, después de haber agotado todos sus recursos, no pudiendo ya apoyarse en sus propias concepciones, cae abismada en el sentimiento de su impotencia para comprender lo que se le revela; al honrar a Dios por el anonadamiento de sí misma, se prosterna con respeto y amor ante la veracidad divina, y le dice con santo entusiasmo: ¡Oh Dios! Vos lo habéis dicho y esto me basta; ello es así, y lo creo en virtud de vuestra palabra. Demasiado feliz con ser ilustrado por Vos sobre lo que sois Vos mismo, creo en vuestra palabra sin vacilar. Si os comprendiera, mi fe sería menos honrosa para Vos, menos meritoria para mí, y me cautivaría menos. Precisamente, porque en esta materia nada comprendo, me complazco en confesar la Trinidad: al Padre eternamente fecundo y Padre desde el principio; al Hijo engendrado por el conocimiento que tiene Dios de sí mismo; al Espíritu Santo, que procede del amor sustancial que une al Padre y al Hijo…

Seguidamente, creyendo en el misterio de la Santísima Trinidad, rendimos el mas magnifico homenaje a la grandeza de Dios.

De tal modo es esto cierto, que cuanto más fuera de nuestro alcance está lo que la Revelación nos enseña respecto a Dios, tanto más lo engrandece en nuestro espíritu.

Si la Revelación sólo nos enseñara cosas perfectamente comprensibles, podríamos tal vez decir: nos engaña, empequeñece a Dios; porque el Ser infinito no puede caber en los estrechos límites de una inteligencia creada y, por consiguiente, esencialmente limitada.

Pero, cuando nos muestra el misterio de la Santísima Trinidad, entonces no podemos menos que exclamar: ¡Oh Dios! esto sí que es digno de Vos, precisamente porque nuestra inteligencia no puede alcanzar tanta elevación. Esta es la prueba de vuestra grandeza. Si os comprendiese, no seríais infinito, no seríais Dios.

A continuación, el misterio de la Santísima Trinidad es el encanto de nuestra esperanza.

Si nos consideráramos sólo en nosotros mismos, con nuestra impotencia para todo lo bueno, nuestra tendencia al mal y las faltas que hemos cometido, tendríamos por qué temer; pero, al contemplar las Tres divinas Personas, al instante renacen en nosotros la esperanza y la felicidad.

Vemos, en la Primera de las Tres divinas Personas, un Padre que nos ama hasta llamarnos y hacernos realmente sus hijos; en la Segunda, un Mediador que ofrece su Sangre en pago de nuestras deudas, un pontífice que ruega por nosotros; y, en la Tercera, un abogado y consolador consagrado a nuestra santificación.

Por estos dulces Nombres el Bautismo nos regeneró, la Confirmación nos hizo perfectos cristianos, la Penitencia perdona nuestras culpas, el Matrimonio une a los fieles y el Orden consagra a los sacerdotes.

Con estos dulces nombres, la Iglesia bendice a sus hijos y comienza y termina sus oraciones.

¡Sí! El misterio de la Trinidad es el apoyo, la fuerza y el encanto de la esperanza cristiana.

Finalmente, el misterio de la Trinidad es el embeleso de la caridad

Nada excita más amor en el corazón que el pensamiento del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Nunca Dios se muestra más Dios que cuando, al penetrar en el secreto de la Trinidad, contemplamos sus inefables operaciones, las divinas grandezas plenamente conocidas por el Padre, alabadas como ellas lo merecen por el Verbo y amadas dignamente por el Espíritu Santo.

Jamás la caridad ha estimulado más nuestro corazón para que exclame: Sí; verdaderamente, Dios es caridad…

El Padre del Verbo eterno, quiere también serlo nuestro:

Padre de la creación, puesto que nos ha dado el ser y la vida;

Padre por la providencia, puesto que tiene tan gran cuidado de los hijos que ha puesto en el mundo;

Padre por la predestinación, puesto que, desde la eternidad, nos ha concebido como hijos adoptivos en el seno mismo en que engendró a su Verbo;

Padre por la predicación de su Evangelio;

Padre por la regeneración del Bautismo;

Padre por la gracia santificante que infunde en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que nos permite exclamar con confianza, diciéndole: ¡Padre mío! ¡Padre mío!;

Padre, en fin, por el amor que no tiene semejante en padre alguno; amor inconcebible, que llega hasta inmolar a su unigénito por salvarnos a nosotros de la muerte.

¿Qué hay, pues, más amable que las Tres Personas de la Santísima Trinidad?

Disponemos, pues de este hermoso día para festejar y homenajear a la Santísima Trinidad. Hagámoslo lo mejor posible, según las posibilidades de esta tierra…

Decía el Padre de Chivré: Cuando se ha dado la vuelta completa a través de las solemnidades humanas, comprendidas las de la Iglesia, a pesar del verdadero respeto que merecen por lo que representan, uno vuelve un poco vacío y triste…

¿Qué hemos de hacer, pues, para celebrar los más dignamente esta fiesta mientras aguardamos hacerlo por la eternidad en el Cielo?

Hemos de hacer cinco cosas:

1ª, adorar el misterio de Dios Uno y Trino;

2ª, dar gracias a la Santísima Trinidad por todos los beneficios temporales y espirituales que de Ella recibimos;

3ª, consagrarnos totalmente a Dios y rendirnos del todo a su divina Providencia;

4ª, pensar que por el Bautismo entramos en la Iglesia y fuimos hechos miembros de Jesucristo por la invocación y virtud del nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;

5ª, determinarnos a hacer siempre con devoción la señal de la Cruz, que expresa este misterio, y a rezar con viva fe e intención de glorificar a la Santísima Trinidad aquellas palabras que tan a menudo repite la Iglesia: Gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Tomado de: Radio Cristiandad.

Evangelio del día 19 de junio de 2011


Evangelio según San Juan 3,16-18. La Santísima Trinidad - Solemnidad

Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.


Comentario:

"Todo el que cree en Él... tendrá la vida eterna" - San Atanasio



Hombres insensatos..., que no cesáis vuestras indiscretas investigaciones en relación con la Trinidad y no os contentáis con creer que existe, ya que tenéis por guía lo que el apóstol escribió: "Es necesario creer que Dios existe y que garantiza la recompensa a los que lo buscan". Que nadie se plantee cuestiones superfluas, pero que se limiten a aprender lo que está contenido en las Escrituras...
La Escritura dice que el Padre es fuente y luz: "Me han abandonado; a mí, la fuente de agua viva»; «Has abandonado la fuente de la sabiduría», y según Juan: «Nuestro Dios es luz». Sin embargo, al Hijo, en relación con la fuente, se le llama río, pues «el manantial de Dios, según el salmo, está lleno de agua». En relación con la luz, es llamado resplandor cuando Pablo dice que es "el resplandor de su gloria y el rostro de su esencia». Por lo tanto, el Padre es luz, el Hijo su resplandor..., y en el Hijo, es por el Espíritu que somos iluminados: "Dios os da, dice San Pablo, un Espíritu de sabiduría y revelación para conocerle; que iluminará los ojos de vuestro corazón». Pero cuando somos iluminados, es Cristo quien nos ilumina en Él, ya que la Escritura dice: "Era la luz verdadera que ilumina a todo hombre en este mundo». Además, si el Padre es la fuente y el Hijo es llamado río, se nos dice que nosotros bebemos del Espíritu: «Todos hemos bebido de un único Espíritu». Pero, habiendo bebido del Espíritu, bebemos también de Cristo porque "ellos bebieron de una roca espiritual que les seguía
y esta roca era Cristo".
El Padre siendo el «único sabio», el Hijo es su sabiduría, pues «Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios". Ahora bien, es al recibir el Espíritu de sabiduría cuando poseemos al Hijo y adquirimos la sabiduría en Él... El Hijo es la vida, dijo: "Yo soy la vida»; pero dijo que nosotros estamos vivificados por el Espíritu, así Pablo escribe: "El que ha resucitado a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también nuestros cuerpos mortales por el Espíritu que habita en nosotros». Pero cuando somos vivificados por el Espíritu, Cristo es nuestra vida...: "No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí».
¿Existe, en la Santa Trinidad, tal correspondencia y unidad, que se podría separar al Hijo del Padre, al Espíritu del Hijo o del Padre? El misterio de Dios no se nos entrega a nuestro espíritu a través de discursos elocuentes, sino en la fe y en la oración respetuosa.

San Atanasio (295-373), obispo de Alejandría, doctor de la Iglesia
. Cartas a Serapion, n°1, 19; PG 26, 373

San Romualdo, Fundador de los Camaldulenses - 19 de Junio


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Santa Juliana de Falconieri - 19 de junio


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Santos Gervasio y Protasio, mártires - 19 de junio

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sábado, 18 de junio de 2011

Piden rezar 60 horas por el Papa


La Congregación para el Clero pidió a todos los obispos del mundo 60 horas de adoración eucarística para festejar el 60° aniversario de la ordenación sacerdotal del papa Benedicto XVI, que se cumple el 29 de junio próximo.

La idea fue del cardenal prefecto Mauro Piacenza, quien solicitó esas horas también "para la santificación de los sacerdotes y para obtener de Dios el don de nuevas y santas vocaciones".

"La ocasión es particularmente propicia para reunirnos alrededor del Pontífice para expresarle nuestra gratitud, afecto, unidad por el servicio que está ofreciendo a Dios y a su Iglesia y, sobre todo, para que resplandezca la verdad sobre el mundo", dijo el arzobispo de esa congregación, Celso Morga Iruzubieta.

Las horas de oración, agregó, pueden ser continuadas o distribuidas durante junio. Y subrayó algunas "orientaciones" sobre las plegarias, que pueden centrarse en la figura del apóstol Pedro.

Salve, madre de la alegría celeste - San Sofronio de Jerusalén


Salve, madre de la alegría celeste;
salve, tú que alimentas en nosotros un gozo sublime;
salve, sede de la alegría que salva;
salve, tú que nos ofreces la alegría perenne;
salve, místico lugar de la alegría inefable;
salve, campo dignísimo de la alegría indecible.
Salve, manantial bendito de la alegría infinita;
salve, tesoro divino de la alegría sin fin;
salve, árbol frondoso de la alegría que da vida;
salve, madre de Dios, no desposada;
salve, Virgen íntegra después del parto;
salve, espectáculo admirable, más alto que cualquier prodigio.
¿Quién podrá describir tu esplendor?
¿Quién podrá contar tu misterio?
¿Quién será capaz de proclamar tu grandeza?
Tú has adornado la naturaleza humana.
tú has superado las legiones angélicas,
tú has superado a toda criatura,
Nosotros te aclamamos: Salve, llena de gracia.

Evangelio del día 18 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 6,24-34. Sábado de la XI Semana del Tiempo Ordinario


Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'.
Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.


Comentario:


"No podéis servir a Dios y al dinero" - San Juan Crisóstomo

Ved que ventajas nos promete Jesucristo y cuantos de sus mandatos nos son útiles, puesto que nos liberan de tantos grandes males. El daño que nos causan las riquezas, dice, no es solo armar a los ladrones contra vosotros y llenar vuestro espíritu de profundas tinieblas. La gran herida que produce, es que os arrancan de la bienaventurada servidumbre de Jesucristo para convertiros en esclavos de un metal insensible e inanimado.
«No podéis servir a Dios y al dinero» ¡Temblemos, hermanos, ante la idea de que forzamos a Cristo a hablar del dinero como de una divinidad opuesta a Dios!. ¿Pero cómo, diréis, han encontrado los antiguos patriarcas la manera de servir conjuntamente a Dios y al dinero? De ningún modo. ¿Pero cómo pues Abraham, como Job han lanzado tantas exclamaciones por su magnificencia? Os respondo que no es necesario en absoluto alegar aquí lo que han poseído las riquezas sino los que han sido poseídos por ellas. Job era rico; se servía del dinero, pero no servía al dinero, era el dueño y no el adorador. Consideraba su bien como si hubiera sido otro, se consideraba como el dispensador y no como el propietario... Por eso no se afligió en absoluto cuando lo perdió.

San Juan Crisóstomo (hacia 345-407), presbítero de Antioquía más tarde obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia. Homilía 21 sobre san Mateo

San Calógero, ermitaño - 18 de junio


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San Marco y Marceliano, gemelos mártires - 18 de junio


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viernes, 17 de junio de 2011

Evangelio del día 17 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 6,19-23. Viernes de la XI Semana del Tiempo Ordinario


No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban.
Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben.
Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado.
Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!

Comentario:

La Palabra de Dios nos enseña que los bienes no son para acumular, sino para compartir. El anhelo de Jesús es que vivamos en comunión, como hermanos. Y esa comunión también toca nuestros bienes. El amor de Dios se hace visible entre nosotros en el compartir la vida y las cosa que administramos. El compartir los bienes con los demás, es un signo contundente de la presencia de Dios en nuestras vidas. Nuestra opción por Dios, que es amor y comunión, nos lleva buscar vivir la comunión de bienes y a denunciar el afán de tener, de acumular y de dominar. ¿Con qué gestos concretos podemos construir y favorecer una economía fraterna, basada en los valores de la caridad, la unidad, la solidaridad y la comunicación de los bienes? Nuestra opción por vivir el Evangelio implica también una opción de comunión con los más desfavorecidos, con los olvidados y excluidos de la sociedad. La propuesta de este encuentro es que juntos dejemos que la Palabra de Dios nos enseñe que sólo en el compartir realizamos y hacemos plena la vida.

San Gregorio Barbarigo - 17 de junio


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jueves, 16 de junio de 2011

Evangelio del día 16 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 6,7-15. Jueves de la XI Semana del Tiempo Ordinario

Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.


Comentario:

"Hágase tu voluntad" - Santa Teresa de Ávila



Porque todo lo que os he avisado en este libro va dirigido a este punto de darnos del todo al Criador y poner nuestra voluntad en la suya y desasirnos de las criaturas, y tendréis ya entendido lo mucho que importa, no digo más en ello; sino diré para lo que pone aquí nuestro buen Maestro estas palabras dichas, como quien sabe lo mucho que ganaremos de hacer este servicio a su eterno Padre: porque nos disponemos para que, con mucha brevedad, nos veamos acabado de andar el camino...
Y en esto -como ya tengo escrito- ninguna cosa hacemos de nuestra parte, ni trabajamos, ni negociamos, ni es menester más -porque todo lo demás estorba e impide- de decir fiat voluntatis tua: cúmplase, Señor en mi vuestra voluntad de todos los modos y maneras que Vos, Señor mío, quisiereis; si queréis con trabajos, dadme esfuerzo y vengan; si con persecuciones y enfermedades y deshonras y necesidades, aquí estoy, no volveré el rostro, pues vuestro Hijo dio en nombre de todos esta mi voluntad, no es razón falte por mi parte; sino que me hagáis Vos merced de darme vuestro reino para que yo lo pueda hacer, pues él me lo pidió , y disponed en mi como en cosa vuestra conforme a vuestra voluntad.

Santa Teresa de Ávila(1515-1582), carmelita descalza, doctora de la iglesia
Camino de Perfección 32, 9-10

San Aureliano de Arles - 16 de junio


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miércoles, 15 de junio de 2011

El Vaticano enjuicia a un sacerdote acusado de acoso y abuso de poder en Argentina


Un sacerdote que fue acusado de acoso sexual y abuso de poder por varios miembros de la parroquia Nuestra Señora de Pompeya, de Rosario, deberá someterse a un juicio penal canónico por orden del Vaticano.

Se trata del sacerdote Reinaldo Narvais, de 47 años, quien deberá afrontar el juicio por una recomendación directa de la Santa Sede que, después de evaluar la documentación y las pruebas sobre el caso, se expidió en ese sentido.

La orden de llevar adelante el juicio le fue comunicada por las máximas autoridades de la Iglesia Católica al arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, hace varios días y fue informado por el diario La Capital de esta ciudad, que citó a una fuente del Arzobispado.

Narvais, quien fue separado de la parroquia donde trabajaba, se encontraría en proceso de rehabilitación en un lugar que no ha sido informado.

El cura habría mantenido una reunión en la sede del Arzobispado de Rosario con monseñor Mollaghan el pasado 25 de mayo, presuntamente para ser notificado del juicio ordenado por el Vaticano, según la publicación.

En agosto del 2010 fue remitido a la Santa Sede el informe final del caso, para cuya elaboración se tomaron una decena de testimonios, entre ellos los de las supuestas víctimas y ex empleados de la parroquia, ubicada en Mendoza al 5160, zona oeste de esta ciudad.

El matutino rosarino señaló que fuentes que han tenido acceso a las conclusiones de la investigación que realizó la misma congregación a la que pertenece el acusado, los Canónigos Regulares de Letrán, dijeron que el informe destaca que la acusación sería un complot contra el cura.

Ese mismo argumento fue el que utilizó el sacerdote al defenderse de quienes lo denunciaron.

Pero, según las fuentes citadas por el diario, la Congregación aún no ha explicado por qué pagó una indemnización a una de las supuestas víctimas.

Los hechos de acoso sexual y abuso de autoridad contra Narvais tomaron estado público en octubre de 2008, en la parroquia de Pompeya, administrada por los Canónigos Regulares de Letrán.

El sacerdote, además de párroco, era representante legal del establecimiento escolar. Las víctimas habrían sido al menos ocho personas, una de ellas era entonces menor de edad y con discapacidad mental.

Un consejo nacional de la orden religiosa decidió por unanimidad separar al acusado de la comunidad de Rosario, imponiéndole un año sabático y le ordenaron realizar un tratamiento psicológico, a la vez que se le prohibió realizar toda labor pastoral y ejercer la docencia "hasta que se logre su adecuada recuperación".



Por su parte, un docente que afirmó haber sido acosado por Narvais hizo reclamos formales y logró una reparación de 200 mil pesos.

Evangelio del día 15 de junio de 2011


Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18. Miércoles de la XI Semana del Tiempo Ordinario


Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha,
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


Comentario:

El ayuno, la oración y la limosna - San Agustín



Los Epicúrios, que no esperan ninguna otra vida más allá de la tumba, que no conocen más que los disfrutes de la carne, tienen este lenguaje: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos» (1CO 15,32)... Pero los cristianos, para los que otra vida, y una vida más feliz, debe comenzar después de la muerte, se guardan bien de decir esto. Recordad efectivamente, esta verdad: "mañana moriremos", pero añadid: «Ayunemos y oremos, ya que la muerte puede venir mañana".
Pero yo exijo aún otra cosa, una tercera condición, no voy a pasar por alto lo que se debe observar por encima de todo: que vuestro ayuno sirva para saciar el hambre del pobre. Si no podéis ayunar, aplicaros con mayor empeño a alimentar a aquel que pasa hambre, así recibiréis el perdón. He aquí que los cristianos deben decir: «ayunemos, oremos, demos a los pobres, porque mañana moriremos".

San Agustín (354-430), Obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia Sermón 150

Santa María Micaela del Santísimo Sacramento - 15 de junio


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San Vito, mártir - 15 de Junio


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Beata Albertina Berkenbrock, mártir -15 de junio

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martes, 14 de junio de 2011

¡Seamos Fieles! - Padre Christian Bouchacourt


Los seis años de pontificado de Benedicto XVI que ya han transcurrido ofrecen un panorama muy contrastado de luces y sombras… Del lado de las luces hay que subrayar que las ceremonias papales, no obstante el nuevo rito celebrado, han recobrado cierta dignidad que habían pedido bajo el pontificado de Juan Pablo II. El Motu proprio de 2007, Summorum Pontificum, reconoció que la Misa de San Pío V nunca había sido abolida. El injusto decreto de excomuniones a nuestros obispos ha sido anulado. Se iniciaron discusiones con Roma, que dan a la Fraternidad San Pío X la posibilidad de explicar las razones doctrinales de su oposición a los principales textos del Concilio Vaticano II. Estas decisiones, impensables hace diez años atrás, han sido motivo de una esperanza real. Además, se han levantado algunas voces —como la de Monseñor Gherardini— para realizar una crítica del último Concilio. Sin embargo, ¿se puede pensar que la crisis de la Iglesia ha terminado y que se dan las condiciones para un acuerdo entre Roma y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X? No, desgraciadamente no. Para comprenderlo hay que recordar las sombras que caracterizan el pontificado de Benedicto XVI.

Si el Motu proprio de 2007 ha admitido que la Misa de San Pío V nunca había sido abrogada, Benedicto XVI, con todo, le asigna un valor igual o inferior a la nueva misa al llamarla rito extraordinario, cuando el Novus Ordo Missæ, titulado rito ordinario, sufre graves carencias intrínsecas que Monseñor Lefebvre y muchos teólogos no han cesado de denunciar desde que ha sido impuesto. Es forzoso reconocer que en América del Sur, como sucede un poco por doquier en el mundo, la mayoría de los obispos sigue prohibiendo la celebración de la Misa tradicional o disuade a los que quieren celebrarla, sujetándola a condiciones draconianas que no han sido previstas en el documento romano. Muchos jóvenes sacerdotes diocesanos se quejan ante nosotros por esta intransigencia deliberada, que les impide celebrar la Misa de siempre. Roma no parece lograr imponer su voluntad…

Debemos igualmente comprobar que los actos ecuménicos y las reuniones interreligiosas siguen multiplicándose en la Iglesia con los auspicios de Roma. ¿Acaso Benedicto XVI mismo no da ejemplo, cantando las vísperas anglicanas con los ministros anglicanos cuando su visita a Inglaterra? ¿O no ha visitado ya tres sinagogas desde el inicio de su pontificado? ¿No parece recogido en la mezquita azul de Estambul mientras el gran muftí reza en alta voz? Todos estos actos gravísimos están en completa contradicción con el Primer Mandamiento de la Ley de Dios. Estos “gestos” se fundan en los principios del Concilio Vaticano II que envenenan la vida de la Iglesia desde hace casi cincuenta años.

Asimismo debemos denunciar la próxima beatificación de Juan Pablo II, el “Papa de Asís”, el que ha iniciado estas reuniones interreligiosas; el que el 14 de mayo de 1999 besó el Corán, llamándolo “libro santo”; el que en marzo de 2000 exclamó ante una asamblea de musulmanes reunida con motivo de su viaje a Tierra Santa: “Que San Juan Bautista bendiga al Islam”; que el 5 de mayo de 2001 se descalzó para visitar la mezquita de Damasco… ¿Cómo puede beatificárselo, cuando tantos católicos continúan siendo martirizados en nombre del Islam? Hay que recordar, además, las ceremonias escandalosas que presidió… En fin, ¡ha sido el Papa que excomulgó la Tradición!

¿Cómo no reaccionar con estupor ante el anuncio de un “Asís IV”? (1) Se había filtrado que el Cardenal Ratzinger se oponía a la organización de “Asís I” en 1986.Y henos aquí que hecho Sumo Pontífice, convoca a una nueva reunión interreligiosa… Este proyecto, sin embargo, se armoniza con las ideas que ha expuesto muchas veces, a saber, que las religiones deben gozar de plena libertad ya que “son factores de paz y de unidad entre los hombres”. Este lenguaje, a su vez, se explica a la luz de las declaraciones del Concilio Vaticano II, que profesa que “el Espíritu no rehúsa servirse de las comunidades cristianas separadas como medios de salvación”, (2) y que en relación a las religiones no cristianas, afirma que “la Iglesia no rechaza nada de lo que hay de verdadero y santo en estas religiones”. (3) Se comprende, pues, por qué Benedicto XVI recuerda con frecuencia que la Iglesia católica “no pide ningún privilegio” sino el libre derecho a existir junto a las otras religiones por el bien de los hombres y de los pueblos…

Todo esto prosigue generando perturbación en la Iglesia y desorienta a muchos fieles, que ya no saben en qué deben creer. La fe nunca ha estado en tanto peligro. Esta situación se ve favorecida por una desacralización de la enseñanza del Papa. El Sumo Pontífice es Vicario de Cristo en la tierra; ha sido elevado a la Cátedra de San Pedro para guardar el depósito de la fe, para explicarlo y para defenderlo contra los errores. Tiene el deber de definir o recordar los principios de fe o de moral que precisen ser esclarecidos o defendidos. ¿Cumple verdaderamente su misión cuando se libra a confidencias en las obras personales que publica? Expone sus propias ideas, sus opiniones personales. Parecería que el Sumo Pontífice desea ser más bien profesor que Papa, alentando la producción de debates y discusiones. En este sentido, a propósito del segundo tomo del libro de Benedicto XVI sobre la vida de Jesús, el Padre Lombardi, portavoz de la Santa Sede, indicó que esta obra ha sido escrita en aras “del diálogo”. (4) Otro tanto sucedió con la edición de “Luz para el mundo”, que dio pie a tantas polémicas por las alusiones del Papa al uso del preservativo en un caso particular. ¡Cuánta confusión siguió a su publicación! Próximamente, el Viernes Santo, la televisión italiana retransmitirá por primera vez una entrevista con Benedicto XVI. Este tipo de iniciativas devalúan la función del Sumo Pontífice. El Papa ya no enseña: publica sus confidencias. Ya no quiere imponer: propone. Ya no quiere confirmar el rebaño que le ha sido confiado sino dialogar con sus ovejas y con el mundo. La pastoral ocupa el lugar de la doctrina, el corazón el de la inteligencia, el diálogo el de la llamada a la conversión.

Aún si durante estos últimos seis años se advirtieron por aquí y por allá algunos signos de esperanza —prueba que Jesucristo, fiel a su promesa, no abandona su Iglesia—, ¡no por eso ha terminado la crisis que sacude a la Iglesia! Ahora bien, guardémonos de dos graves peligros a los que podría conducirnos una falta de virtud de fe:

— Abandonar el combate por cansancio y pensar que un acuerdo práctico con las actuales autoridades eclesiásticas representaría la solución que coadyuvaría a una rápida restauración de la Iglesia. Esta tentación ha evidenciado sus efectos desastrosos en quienes entraron en esa variante. Entre los que firmaron acuerdos, ¿qué comunidad ha alzado su voz por medio de su Superior General para protestar oficialmente contra la beatificación de Juan Pablo II y la organización de Asís IV? Ninguna. Es verdad que en ciertos blogs intrascendentes se ha podido leer por aquí o por allá una desaprobación. ¡Pero eso no es suficiente! El anuncio oficial de las autoridades eclesiásticas sobre un tema tan importante exige —como Monseñor Lefebvre lo hizo en su momento— una protesta oficial de los que quieren defender la Tradición. Es forzoso reconocer que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X es la única que lo ha hecho. Algunos intelectuales católicos se han quejado valientemente ante Benedicto XVI por la próxima reunión de Asís; las comunidades Ecclesia Dei, en cambio, se mantienen en silencio, e incluso alguno de sus miembros ha intentado justificar lo injustificable. Dejan que las armas se cubran de polvo mientras los derechos de Dios son pisoteados. Esto es tanto más grave, cuanto que, en particular, muchos sacerdotes miembros de estas comunidades no están de acuerdo con estas decisiones del Sumo Pontífice pero no se animan a decirlo en público.

— Desesperar de la Iglesia, declarando que la defección de las actuales autoridades eclesiásticas es la prueba de que ya no son legítimas y que no existen más. Es la tentación sedevacantista. Ya no habría ni Papa, ni cardenales, ni obispos legítimos. Estos grupos sedevacantistas viven replegados sobre sí mismos, animados de un celo amargo y altercando unos con otros. ¿A dónde van a parar las promesas que Cristo hizo a San Pedro y a sus sucesores, en el sentido de que “las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia y su cabeza”? (5) Estas perspectivas, que Monseñor Lefebvre siempre condenó, esterilizan el apostolado y descubren la existencia de un espíritu cismático.

Queridos amigos: estas dos tentaciones son graves. ¡No permita Dios que caigamos en ellas! Es prácticamente imposible dar una explicación puramente racional a esta crisis, tanto como es imposible dar una explicación omnicomprensiva de la Pasión de Cristo. ¡Se trata de un misterio! ¿Cómo pudo el Verbo encarnado sufrir y morir abandonado de todos, siendo Dios todopoderoso y eterno? Es un gran misterio, como es un misterio esta pasión que atraviesa la Iglesia desde hace algunas décadas. La Iglesia prolonga la acción de Cristo en la tierra hasta el fin del mundo. Conoce, como su Fundador, las traiciones, los abandonos, las persecuciones… y su colocación en el sepulcro. A semejanza de Cristo, un día se levantará más fuerte y bella. Así nos lo enseña la fe y esto alimenta nuestra esperanza.

Entonces, ¿qué debemos hacer? ¡Seamos fieles! Nuestra posición se ubica en la cima de una cresta, nos ha sido trazada por Monseñor Lefebvre, y debemos seguirla sin declinar ni a la derecha, ni a la izquierda. Dios concederá esta gracia si cumplimos nuestro deber de estado, si rezamos y hacemos penitencia, si nuestras almas se nutren frecuentemente con la Santa Misa y con los sacramentos. De esta manera acompañaremos y sostendremos la Iglesia en esta Cuaresma, tal como el Viernes Santo lo hicieran Simón de Cirene y las Santas Mujeres acompañando a Cristo hasta el Gólgota. Recemos y sacrifiquémonos por el Papa, los obispos y los sacerdotes; así nos lo ha pedido la Virgen María en Fátima. Recemos por los Superiores de la Fraternidad San Pío X, para que Dios les conceda la fuerza, las luces y la prudencia que son necesarias para llevar adelante este combate. En ocasiones las trampas son muy difíciles de discernir y muy sutiles… Mantengámonos fieles, cada cual en su puesto. Dios nos pedirá cuenta de ello, ¡no sobre otra cosa! Allí obtendremos del Corazón de Nuestro Señor las gracias que tanto precisan la Iglesia y sus pastores. He allí donde nos quiere la Providencia en estos difíciles días. Y, en fin, es preciso que la juventud se forme en el combate doctrinal que sus mayores llevaron adelante tras el último Concilio. La fidelidad no es posible sin formación doctrinal. Es preciso conocer los principios de la fe y de la moral para poder ser fieles a ellos y defenderlos cuando se los ataca. Estos principios son los que guían nuestras vidas. ¡Nuestro combate es doctrinal, no sentimental! ¡No nos durmamos, por amor de Dios! ¡Virgo fidelis, ora pro nobis!

¡Que Dios los bendiga!

Padre Christian Bouchacourt
Superior de Distrito América del Sur

Notas:
1. Hasta el presente, en Asís tuvieron lugar reuniones interreligiosas en los años 1986, 1993 y 2002.
2. Vaticano II, Decreto sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio, n° 3, 21 de noviembre de 1964.
3. Vaticano II, Declaración Nostra ætate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, nº 3, 28 de octubre de 1965.
4. R. P. Lombardi, 14 de marzo de 2011.
5. San Mateo, 16, 18.
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